Nire Musika

domingo, 10 de abril de 2011

Más que aterrados, con muy mala ostia


Si Hessel con su   Indignaos  es capaz de conseguir que digas "-Ostia, habrá que hacer algo...", ten cuidado cuando leas el  Manifiesto de Economistas Aterrados  que publican cuatro prestigiosos economistas. La idea que mueve a Phipippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak es que vamos apañados si dejamos a los mercados financieros que nos saquen de la crisis económica en la que estamos inmersos porque sus medidas sólo van a generar más inestabilidad económica y una mayor desigualdad social. ¡Socorro!

Askenazy, Coutrot y compañía gritan a quien les quiera escuchar que  hay otras opciones además de la que proponen el FMI, las corporaciones multinacionales y su puta madre. En el libreto, muy fácil y rápido de leer, denuncian diez "falsas evidencias" que llaman ellos sin fundamento científico alguno que sirven para justificar las políticas neoliberales que están en el origen de la crisis económicas, y proponen veintidós medidas para hacerles frente. 

No me voy a enredar en que si los gastos paquí, que si el modelo social pallá, no. La explicación de qué es lo que pasa es más sencilla, y la exponen tipo manual para que los que no tenemos ni puñetera idea lo entendamos: 

1. Reducen los impuestos a las rentas más altas (más conocidas por todos como la pasta de los ricos, los mercados financieros) y el Estado recauda menos. 

2. Al recaudar menos, el Estado, saca a subasta deuda pública que acaban comprando los más ricos con lo que se han ahorrado en impuestos. 

3. El resultado: los ricos se hacen más ricos a costa del dinero de los más modestos, que somos quienes tenemos que abonar los intereses de la deuda que han comprado los ricos. 

En mi tierra, entre mi gente, a eso se le llama robar.   

Sigues leyendo y la ira te acaba subiendo como la espuma: el aumento de la deuda pública no es una consecuencia del aumento de los gastos como nos quieren hacer ver, ¡no!, sino del descenso de los ingresos públicos. Y ásí más, y más... Me estoy poniendo de una mala ostia...

La conclusión: el mantenimiento de esta situación, la sumision al poder de los mercados financieros, nos llevará a la ruina en todos los sentidos. La doctrina neoliberal que lleva tres décadas modelando Europa a su antojo tiene que ser abandonada. El capital o nuestra vida, ése y no otro es el dilema, y yo elijo abolir la esclavitud financiera de su majestad el Capital y seguir viviendo. ¿Y tú?

viernes, 8 de abril de 2011

El poder del dinero. Indignación es poco...


Leo  Indignaos , de Stéphane Hessel, ese librito de pocas páginas que termina con el ya famoso CREAR ES RESISTIR. RESISTIR ES CREAR y que es un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurreción pacífica. ¿Insurrección pacífica? Lo que se merecen estos chorizos de banqueros y empresarios que nos asfixian es algo más que cuatro ostias y un poco de "insurrección pacífica". 

Dice Hessel que hay que sublevarse contra los que no proponen otro horizonte que el del consumo de masas, el desprecio hacia los débiles, la amnesia cultural generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos. Lo prologa José Luis Sampedro que lo resume así: "Chicos, cuidado, hemos luchado por conseguir lo que tenéis; ahora os toca a vosotros defenderlo, mantenerlo y mejorarlo; no permitáis que os lo arrebaten".

Dentro de su indignación, Hessel va un pasito más allá y, aunque el terrorismo es inaceptable, dice, "hay que admitir que cuando un pueblo está ocupado con medios militares infinitamente superiores, la reacción popular no puede únicamente no violenta".  Y pone de ejemplo a los gazatíes de Gaza.

Hessel añade que nunca había sido tan grande la distancia entre los más pobres y los más ricos ni tan alentada la competitividad y la carrera por el dinero. Y para más inri, en esta crisis causada por los mercados financieros va y resulta que ellos, los financieros, apenas han soportado las consecuencias de sus errores. "El poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoista con todos, desde con propios siervos hasta las más altas instancias del Estado". Indignación es poco...